Por sus colores vivos y variados, son populares y están muy extendidas en casas y jardines. Sin embargo, muy a menudo se dejan morir porque no sabemos cómo tratarlas. En este artículo, intentaremos ayudarte a entender cómo cuidar las orquídeas, teniendo en cuenta todas sus características y necesidades.
Características de las orquídeas
Las plantas orquídeas son particularmente diversas: de hecho, existen más de 20.000 especies en la naturaleza, agrupadas en casi 700 géneros. Se desarrollan en zonas muy cálidas y húmedas y crecen cerca de troncos de árboles y rocas.
Un caso especial son las orquídeas terrícolas, que crecen en zonas más templadas como Europa y se diferencian de las demás en que hunden sus raíces en el suelo.En general, todas las orquídeas tienen una forma típica y reconocible; su color, en cambio, puede ser variado. Hay tres especies que se encuentran más fácilmente en el mercado: Phalaenopsis, Dendrobium y Cymbidium.
Cómo cultivar orquídeas en casa
Las orquídeas no sólo son hermosas, sino también plantas delicadas que deben tratarse con cuidado. A continuación se detallan todos los aspectos que se deben cuidar para que la planta no se seque, enferme o peor aún, muera. Hay que cuidar la luz y el agua, pero también tratar bien la tierra y controlar la temperatura a la que está expuesta día y noche.
La luz
Coloca las plantas de orquídeas hacia la ventana o el balcón, pero evita la luz directa del sol y el contacto con la fuente de calor.Por lo tanto, no coloque la planta en el balcón o en medio del jardín, sino detrás de una carpa o bajo un toldo para que tenga protección. Especialmente durante el periodo de reposo de la planta, evite el contacto directo.
Agua y riego
La orquídea necesita vivir en un ambiente húmedo, pero esto no significa que haya que regarla todos los días. Riégala cada 5-7 días. Más a menudo, sin embargo, hay que tratar las hojas: evaporación frecuente con agua desmineralizada.Para los meses de verano, cuando el exceso de calor puede hacer que el ambiente sea especialmente seco, hazte con un humidificador para que la planta crezca siempre en un entorno ideal y favorable.
La arcilla
Presta también atención a la tierra de la maceta. Crea una tierra mixta mezclando carbón vegetal, cáscaras y trozos de corteza. Es importante crear un entorno poroso donde la humedad no sea ni demasiado alta ni demasiado baja. Entre las más recomendadas están la tierra para macetas de grano fino y la mezcla media. Sobre todo la primera hace que el trasplante sea más fácil y seguro.