Crea infinitas plantas de romero simplemente sumergiendo las ramitas en agua. Método rápido y sencillo, aquí te explicamos cómo hacerlo.
El romero es una planta perenne de la familia de las Lamiáceas, conocida por su intenso aroma y su capacidad para sobrevivir en climas áridos y calurosos. Además de esto, el romero es un ingrediente muy versátil en cocina, utilizado como hierba aromática para aromatizar carnes, pescados, patatas y muchas otras preparaciones. Si te gustaría cultivar tu propio romero en casa, pero no estás seguro de cómo hacerlo, te ayudará saber que existe una técnica sencilla y fácil de seguir. Esta técnica consiste en remojar las ramitas de romero en agua. El método que vamos a ilustrar te permitereproducir la planta prácticamente indefinidamente, sin tener que comprar una planta nueva cada vez. Veamos cómo se hace.
Reproducir romero en agua: cómo hacerlo
El procedimiento es muy simple: corta ramas de romero de raíz de unos 10 cm de largo y sumérgelas en jarras llenas de agua. Es importante que el agua se cambie cada dos o tres días, para evitar que se estanque y pueda favorecer la formación de bacterias u hongos.
Al cabo de unos días, observaremos que raíces blancas comenzarán a desarrollarse desde la parte inferior de las ramas. Este proceso indica que la planta está lista para ser trasplantada al suelo. Para ello, basta con coger los ramillos y colocarlos en tierra fértil y bien drenada, exponiéndolos a luz solar directa. Recuerda regar la planta regularmente, pero evita mojar la tierra en exceso, para no comprometer el desarrollo de las raíces.
Por qué el método es eficaz
Pero, ¿por qué este método funciona tan bien? Y ¿por qué es tan eficaz para la reproducción del romero? Se trata de una planta aromática muy resistente y apta para climas cálidos y secos. Gracias a esta naturaleza, las ramitas de romero pueden ser sumergidas en agua sin riesgo de pudrición o deterioro. Además, la inmersión de las ramitas en agua crea las condiciones ideales para la formación de raíces.
El agua proporciona la humedad que necesita la planta, mientras que los nutrientes que contiene la tierra aún no son indispensables. Esto permite a la planta concentrar su energía en la formación de raíces, sin tener que<s