Klívia se recompensa a su dueño varias veces al año con una hermosa floración.
Originaria de los hábitats forestales de la República Sudafricana, la planta se siente cómoda en lugares semisombreados y generalmente se cultiva como planta de interior en nuestro país.
Si deseas que prospere en tu hogar, crea las condiciones adecuadas.
El portal de los aficionados a la jardinería reveló cómo lograr una floración abundante en esta planta poco exigente.
Si te gusta esta encantadora planta, florecerá cada año y producirá de 4 a 5 flores.
En verano, incluso puedes dejarla en el jardín a la sombra.
En otoño, no olvides trasladarla al interior.
No requiere demasiado riego, por lo que es adecuada incluso para amantes de las plantas de interior ocupados.
No necesita cuidados especiales, simplemente sigue estos pocos principios.
¿Qué requisitos debes cumplir?
En primer lugar, debes saber que si las flores de la clivia no se abren, se trata de un error en el cultivo que debe corregirse.
Puede deberse a una falta de nutrientes, pero también es importante asegurarse de que la planta tenga un período de descanso vegetativo en invierno.
Las condiciones de cultivo durante el invierno, de hecho, tienen un impacto fundamental en la clivia.
En el período de octubre a enero, debes brindarle el descanso invernal.
Es ideal ubicarla en un lugar donde la temperatura oscile entre 10 y 15 °C.
Durante este período, no debes regarla con frecuencia; de hecho, debes reducir el riego al mínimo.
La fertilización debe realizarse solo en primavera.
Cuando la planta haya descansado adecuadamente, comenzarán a formarse flores entre las hojas.
Comienza a regarlas con agua a 40 °C, lo que ayudará a acelerar su desarrollo.
Cuando la clivia florezca, fertilízala una vez a la semana y repite esta fertilización hasta agosto.
Un fertilizante común para plantas en flor es suficiente.
En este período, debes regarla regularmente; de lo contrario, las hojas comenzarán a marchitarse.
Sin embargo, ten cuidado con el riego excesivo, que puede causar la pudrición de las raíces, lo que hará que las hojas se vuelvan amarillas.
Después de la aparición de los capullos con un tallo floral de aproximadamente 10 cm, riega la planta con más frecuencia.
A partir de agosto, comienza a reducir gradualmente el riego.
La clivia de interior prefiere lugares luminosos, pero no la expongas a la luz solar directa.
Como se mencionó anteriormente, en verano puedes trasladar la planta al exterior a la sombra, pero no la muevas con demasiada frecuencia, ya que es sensible a los cambios.