En el agua donde hierves arroz, agrega una cucharada de vinagre: el arroz se mantendrá blanco y suelto.
Una pizca de sal añadida al final de la cocción le dará a la bebida un aroma y sabor únicos.
Cuando remojamos frijoles, siempre lo hacemos en agua mineral: los frijoles se cocinarán mucho más rápido.
Si agregas un poco de leche a la crema agria, la salsa no se cortará.
2 cubos de azúcar disueltos en una pequeña cantidad de vinagre pueden reemplazar el vino blanco en la salsa.
Si tu pasta de tomate se ha vuelto agria y quieres protegerla del moho, espolvorea un poco de polvo de mostaza encima.
No hiervas remolacha roja en agua, hornéala con cáscara y papel de aluminio. Preparada de esta manera, la remolacha es más saludable.
Añade algunas hojas de amaranto a los frascos de pepinillos: los pepinillos tendrán mejor sabor y se mantendrán crujientes.
Puedes reemplazar fácilmente la mayonesa con crema agria, mezclando 1 yema de huevo duro y una cucharadita de mostaza.
Para evitar que la grasa se queme y desarrolle mal olor, coloca 3-4 rodajas de zanahoria en la grasa.
Antes de empanizar la carne, es bueno rociarla con jugo de limón. La carne se ablandará, tendrá mejor sabor y eliminará el olor al freír.
Para hacer huevos fritos con menos colesterol y eliminar el olor característico, agrega leche, unas gotas de limón y cerveza a los huevos.
El pescado se descongela mucho más rápido (el tiempo de descongelación se reduce a la mitad) y será más suave y sabroso.
Para obtener filetes fritos perfectos, agrega nueces molidas al pan rallado.
Para evitar que el queso se escape, utiliza queso con un mayor contenido de grasa, al menos 30%. Antes de empanizar, coloca el queso en el congelador durante 10 minutos y luego en la nevera por unos minutos más después de empanizar.
Para darle a tu pollo una corteza dorada, riégalo con cerveza oscura durante el horneado: también mejorará su sabor.
Si quieres hacer pancakes más esponjosos, añade agua mineral con gas o un poco de ron a la masa.
Para obtener claras de huevo a punto de nieve perfectas, las claras deben estar bien frías. Para las yemas, la situación es opuesta: les va bien la temperatura ambiente.