Mandarinas, estas pequeñas frutas cítricas que caben en la palma de la mano, son conocidas por su delicioso y distintivo sabor. Contienen vitaminas, especialmente vitamina C.
La buena noticia es que puedes cultivarlas tú mismo.
Sigue estos sencillos pasos del portal trucosdebricolaje.
En primer lugar, sería útil recordar lo valiosa que es la mandarina para fortalecer nuestro sistema inmunológico. Mira cómo proceder para beneficiarte de tus propias plantaciones de mandarinas.
Proceso de preparación
Puedes utilizar semillas que hayas lavado previamente, o también puedes comprarlas.
Busca un recipiente para la mandarina que sea de tamaño mediano y tenga un agujero de drenaje.
Coloca algunas piedras en el fondo de la maceta y luego añade un poco de arena. Esto permitirá una mejor circulación del aire.
Luego enriquece la tierra añadiendo humus.
Riega la tierra y espera hasta que alcance el nivel adecuado de humedad.
Planta cuidadosamente las semillas en la tierra y luego cúbrelas con un sustrato adecuado. Basta con una capa delgada.
Cubre el recipiente con un plástico transparente para mantenerlo húmedo (también puedes colocar la maceta dentro de una bolsa de plástico).
El proceso de germinación será más rápido. Asegúrate de colocar el recipiente en un lugar cálido.
Añade un poco de agua regularmente. El objetivo es que la tierra nunca esté seca, pero tampoco demasiado mojada.
Pasará aproximadamente 20 días hasta que notes los primeros brotes.
Cuando veas estos primeros brotes, ya puedes retirar el plástico y luego colocar el recipiente en un lugar luminoso.
Es necesario fertilizar la planta tres veces al mes. Prefiere un fertilizante en forma líquida y compuesto por una buena concentración de zinc, magnesio y hierro.
Con el tiempo, verás un árbol que crecerá gradualmente.
Si vives en un entorno lo suficientemente cálido, puedes plantar tu árbol directamente en tu jardín. De lo contrario, se recomienda cultivarlo en el interior, o por ejemplo, en un jardín de invierno.
La temperatura es un factor importante.
Ubicación adecuada
Coloca los cítricos en luz solar directa o donde reciban al menos 4 horas diarias, principalmente de primavera a verano cuando están en plena actividad vegetativa.
La mejor orientación es hacia el sur y el oeste.
Ten cuidado con el viento y las corrientes de aire, que pueden provocar la caída de hojas y la caída prematura de brotes y frutos recién brotados.
Cultivar en maceta es más conveniente
Los cítricos en maceta tienen la ventaja de que puedes moverlos según sea necesario, pero intenta no hacerlo a menudo y piensa en una buena ubicación con anticipación.
En períodos menos favorables, colócalos en un lugar luminoso no calefaccionado, donde la temperatura se mantenga algunos grados por encima de cero: por ejemplo, un invernadero frío o un porche acristalado orientado al sur.
En estas condiciones, la planta no crece mucho y solo necesitará ser regada ocasionalmente para mantener la tierra ligeramente húmeda.
Evita los ambientes sobrecalentados y oscuros, ya que el calor combinado con la falta de luz causará un desequilibrio y la planta gastará energía en formar brotes demasiado delgados.
Los cítricos en maceta se pueden sacar al exterior a finales de abril, pero si aún hay bajas temperaturas matutinas o fluctuaciones, cúbrelos adecuadamente con tela no tejida o llévalos adentro de nuevo.
A partir de mayo, los cítricos pueden permanecer al aire libre sin problemas incluso durante la noche.
Cuando recojas cítricos maduros, hazlo con cuidado.
Con el cuidado adecuado, podrás cultivar deliciosas mandarinas.