Si echas una rodaja de limón por el desagüe, podrás decir adiós a este problema tan extendido

Limpiar e higienizar a fondo nuestra casa es una de las actividades más comunes en nuestro día a día. Vivir en un hogar siempre limpio y perfumado nos permite disfrutar más y recibir a nuestros invitados con agrado. Especialmente, espacios como la cocina y el baño requieren una limpieza más exhaustiva. En la cocina, por ejemplo, la preparación de alimentos puede llevar la suciedad a niveles altos. Por eso, es bueno tener detergente y desengrasante a mano y limpiar con atención cada rincón de la cocina.

Sin embargo, incluso cuando logramos limpiar de manera constante, a veces podemos percibir malos olores provenientes de la cocina. Al acercarnos, fácilmente nos daremos cuenta de que ese aroma desagradable proviene del desagüe del fregadero.

¿Qué puede haber pasado? En la mayoría de los casos, el mal olor proviene del desagüe del fregadero debido a un acumulo de cal o material orgánico, que produce un mal olor cuando el agua se estanca.

Afortunadamente, se puede resolver el problema de varias maneras. Muchos optan por confiar en varios productos químicos que se encuentran fácilmente en el mercado.

Sin embargo, el consejo es dejar de lado estas soluciones y optar por remedios naturales y biológicos, que aún pueden garantizar cierta eficacia.

Por ejemplo, un excelente método para eliminar los malos olores que surgen del fregadero es usar un simple limón.

Lo primero que debemos hacer es conseguir un limón. Esto es muy fácil, ya que a menudo tenemos este cítrico en nuestra cocina.

¿Simplemente tiramos el limón en el fregadero? ¿Es suficiente para detener el mal olor? Obviamente no, no es suficiente: de hecho, debemos preparar bien el limón para aprovechar sus propiedades.

Tomamos el limón y cortamos una buena rodaja, asegurándonos de no hacerla demasiado gruesa. Una vez hecho esto, podemos usar la rodaja recién cortada para resolver el problema del desagüe.

Para que la eficacia del limón sea máxima, quitamos la rejilla que protege el desagüe del fregadero y colocamos la rodaja en el mismo. ¿Por qué es tan importante este paso?

El ácido cítrico que libera el limón con el tiempo hace que el desagüe se limpie y no desprenda más ese mal olor que seguramente se ha propagado en la cocina y quién sabe, tal vez también en el resto de la casa.

El limón mantiene el desagüe siempre muy fresco, por lo que ya no tendremos que lidiar con ese olor que nos estaba causando serios problemas. Después de colocar la rodaja, podemos volver a colocar la rejilla protectora.

Lo único que debemos recordar es cambiar la rodaja de limón cada doso tres días. Si no lo hacemos, la rodaja de limón se pudrirá y no habremos resuelto el problema.

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