A veces, el ajo puede comenzar a deteriorarse rápidamente durante el almacenamiento, empieza a pudrirse y los dientes se arrugan.
Casi toda la cosecha adquirida simplemente se tiene que desechar.
Para evitar este problema, usa un método comprobado para almacenar adecuadamente la cosecha de ajo.
El portal Poradbook recomendó un método único de almacenamiento de ajo que mantendrá su frescura hasta la primavera.
Al guardar el ajo en el refrigerador, puede empezar a secarse, pudrirse o brotar.
Incluso al seleccionarlo para el almacenamiento, asegúrate de que el ajo esté firme y saludable.
Este método de almacenamiento te asegurará que el ajo se mantenga fresco durante mucho tiempo.
Método con vela:
Después de desenterrar los bulbos de ajo, déjalos secar completamente.
Luego, prepara velas de parafina o usa un soplete de gas.
Con cuidado, quita todas las impurezas de los bulbos, pero sin dañar la cáscara.
Luego, enciende la vela o el soplete de gas y quema las raíces del ajo, luego colócalos en un lugar.
Usando este método, el ajo se mantendrá fresco durante mucho tiempo.
Ajo en aceite:
Quita las cáscaras de los dientes de ajo, colócalos en un recipiente de vidrio limpio y vierte aceite sobre ellos.
Almacena el recipiente con ajo en el refrigerador.
Truco con bolsa negra, sal y jengibre:
Necesitarás:
- Bolsa de plástico negra
- Toalla de papel
- 2 cucharadas de sal
- Trozo de jengibre
- Banda elástica
Proceso: Coloca el ajo en la bolsa de plástico.
Espolvorea sal sobre la toalla de papel.
Corta el jengibre en rodajas y colócalo sobre la sal en la toalla.
Ahora, envuelve la toalla y asegúrala con la banda elástica.
Coloca la toalla preparada junto con el ajo en la bolsa.
Ata firmemente la bolsa y guárdala en un lugar seco.
En esta forma, el ajo se mantendrá fresco durante todo un año.
El jengibre tiene un fuerte sabor picante que puede matar bacterias.
La sal, por otro lado, absorbe la humedad.
La bolsa negra bloquea la luz y evita que brote.
Truco con cigarrillos:
La nicotina en los cigarrillos tiene una función absorbente que puede mantener el ajo en un ambiente seco.
Coloca el ajo en una bolsa de plástico y agrega 2 cigarrillos.
Guárdalo en el refrigerador a una temperatura de hasta 5 °C.
Toalla de papel y bicarbonato de sodio:
Extiende una toalla de papel y espolvorea un poco de bicarbonato de sodio sobre ella.
Luego, agrega aproximadamente una cucharada de té suelto.
El té contiene polifenoles que previenen que el ajo brote.
Las hojas de té pueden absorber eficazmente los olores y la humedad.
Cuelga la bolsa con ajo en un lugar bien ventilado y el ajo se mantendrá fresco durante al menos 6 meses.
Arroz:
Pon arroz en un tazón y coloca el ajo en él, completamente enterrado en el arroz.
Así, el ajo estará seco y no tendrás que preocuparte de que brote o se mohose.
Sal:
Este método requiere una caja o un recipiente de tres litros.
Ahora, coloca el ajo alternando con capas de sal.
Asegúrate de que la sal rodee bien el ajo.
Los dientes de ajo se mantendrán frescos durante mucho tiempo y no se pudrirán ni brotarán: es como si estuvieran conservados en sal.
Otra forma de proteger el ajo de la humedad es usar aserrín, cenizas o harina en lugar de sal, siempre que la capa superior del producto suelto tenga al menos 2 cm de espesor.
Otro método de almacenamiento:
El ajo, al igual que las hierbas, no pierde sus propiedades beneficiosas después de congelarse, su aroma y sabor se mantienen.
Al contrario, gracias a la baja temperatura, puedes conservarlos durante mucho tiempo.
La condición principal es preparar el ajo para congelarlo y así prolongar su frescura hasta la próxima cosecha.
Para este propósito, es mejor usar cabezas de ajo frescas (las que, por supuesto, han sido secadas adecuadamente después de ser desenterradas del suelo).
Definitivamente, no intentes congelar ajo mohoso o dañado: existe el riesgo de que pueda contaminar tus otros suministros.
Cómo preparar el ajo para congelarlo:
Cabezas enteras:
Toma una película de plástico para alimentos y envuelve cada cabeza de ajo sin pelar en ella.
Este simple truco les ayudará a mantener su frescura, aroma y jugosidad, y después de descongelarlas, la cabeza estará como si fuera completamente fresca.
Dientes de ajo pelados enteros:
Pela los dientes y colócalos en bolsas de plástico resellables para el congelador.
No es necesario descongelarlos antes de usarlos, agrégalos directamente a los platos.
Ajo triturado o finamente picado:
Pela el ajo, pícalo finamente o tritúralo con un exprimidor y distribuye la masa resultante en una bandeja para hielo.
Deja que se endurezca por completo y luego sácalo de la bandeja o bolsas (resellables).
Este ajo congelado es adecuado para sopas, ensaladas y aderezos.