Vertir el aceite usado por el desagüe del fregadero es una práctica común, pero sus consecuencias son graves e irreparables. El aceite usado, al ser vertido por el desagüe, puede contaminar el suelo y el agua potable, dañar el sistema de depuración y obstruir los sistemas de tratamiento del agua. Además, al llegar al mar o a los ríos, forma una película en la superficie que altera los ecosistemas acuáticos y pone en peligro la vida marina.

En las tuberías, el aceite actúa como un adhesivo que atrapa residuos alimenticios, creando un tapón que puede obstruir y dañar las tuberías con el tiempo. Si el problema no se resuelve rápidamente, puede requerir la intervención de empresas especializadas en desatascos.
Es importante desechar correctamente el aceite usado para evitar estos problemas. Se recomienda recolectarlo en un recipiente y desecharlo en un punto de recogida de residuos específico del municipio o en un centro de reciclaje. También se puede reciclar para hacer jabón casero, evitando así su vertido indebido y aprovechando sus propiedades.

Es fundamental adoptar prácticas adecuadas en la cocina y evitar reutilizar el aceite usado para freír o cocinar, ya que puede ser peligroso para la salud. Con conciencia ambiental y hábitos responsables, podemos contribuir a proteger el medio ambiente y preservar la salud pública.