Solo necesitas 1 hoja y en poco tiempo tendrás una casa llena de PLANTAS ÚTILES. ¡Tengo que tenerla en cada habitación!

La planta que estás describiendo, comúnmente conocida como “arzobispo” o por sus diversos nombres como orégano cubano, eucalipto mexicano o menta árabe, es realmente una adición versátil y beneficiosa para cualquier espacio interior. Aquí tienes un resumen de sus características y usos:

Características:

Planta verde discreta con hojas carnosas, de color verde claro, ligeramente peludas.
Prospera en lugares soleados con suelo fértil y puede podarse según se desee.
Ideal para la jardinería en macetas y requiere pasar el invierno en interiores a unos 20ºC.
Libera un aroma distintivo que recuerda al orégano y al tomillo cuando se frotan las hojas.
Repelente natural:

Esta planta, similar a la menta, repele los mosquitos, polillas e insectos.
Hacer té con sus hojas proporciona alivio para resfriados, tos, dolor de garganta y dolores de cabeza.
Su consumo puede ayudar con la hipertensión, el asma, problemas digestivos, lesiones cutáneas, infecciones cutáneas, quemaduras leves, reumatismo, cicatrices, moretones, reducción de la presión arterial y el colesterol, y aliviar los síntomas del reumatismo.
Frotar el área afectada con sus hojas ayuda a tratar lesiones cutáneas leves, infecciones cutáneas y quemaduras leves.
Receta de jarabe de saúco:

Ingredientes:

Recipiente de vidrio hermético
Al menos 50 hojas de saúco (cuantas más, mejor)
Azúcar granulada (aproximadamente 759 g a 1 kg, dependiendo del tamaño del recipiente de vidrio y el número de hojas)
Limón, lima o naranja (al gusto)
Zumo de limón


Preparación:

Enjuaga ligeramente las hojas de saúco con agua fría y córtalas por la mitad para que liberen la mayor cantidad de jugo posible.
Lava bien el limón, la lima o la naranja y córtalos en rodajas.
Alterna capas de hojas, azúcar, zumo de limón y rodajas de cítricos en el recipiente de vidrio hasta que esté completamente lleno.
Cierra el recipiente y colócalo en un alféizar de ventana.
Después de dos semanas, verifica si el azúcar se ha disuelto. Si no es así, remueve suavemente el jarabe. Verifica regularmente para evitar la formación de moho.
Una vez que el contenido se haya liquefactado completamente, cuela el jarabe a través de un colador y exprime bien la fruta y las hojas.
Almacena el jarabe en el refrigerador.

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