¿Qué mujer en el mundo no tiene al menos una sartén antiadherente en casa? Cualquiera tiene incluso un par que son útiles cuando se quieren cocinar diferentes platos al mismo tiempo.
Usamos las sartenes antiadherentes incluso varias veces al día, para preparar tanto los primeros como los segundos platos rápidamente.

Sin embargo, no muchas mujeres saben que hay que prestar atención a ciertos detalles, y si la sartén se presenta de cierta manera, lo único que se puede hacer es tirarla. No importa si es nueva, lo que parecía ser una idea revolucionaria para las cocinas podría no serlo en absoluto. Así que es mejor abrir bien los ojos.
La sartén antiadherente, una verdadera revolución en la cocina
Empezamos a escuchar sobre la sartén antiadherente hace unos años. Se presentó como una idea revolucionaria, algo que una vez llegado a nuestras cocinas cambiaría nuestros hábitos y seguramente mejorarían nuestras vidas entre los fogones.
Quien la usa todos los días sabe que es así y que la presentación del producto no fue para nada exagerada. Por ejemplo, es útil cuando tenemos que hacer sofritos o durante la cocción de los alimentos. Ya no es necesario vivir la preparación del almuerzo o la cena con ansiedad y preocupación, porque los platos cocinan lentamente, por sí solos, y no se pegan en absoluto.
Sin embargo, no todo lo que brilla es oro, porque en algunos casos, la sartén antiadherente, en lugar de ser una ayuda valiosa, es un problema para la salud. El descubrimiento que se ha hecho recientemente dejó a todos sin palabras.
De cómoda a peligrosa para la salud, es un momento
De producto revolucionario, cómodo, que nos llevó a todos a decir “nunca más sin”, la sartén lisa y elegante, de indispensable, se convierte en algo de lo que realmente debemos estar lejos, aunque no siempre y no en todas las situaciones.
Hay que observar bien la sartén y prestar atención a algunos detalles, que pueden parecer banalidades a primera vista, pero que en realidad no lo son en absoluto, sino algo más.
Aquí están los detalles a los que prestar especial atención
Si la sartén antiadherente muestra deformaciones, pequeñas o grandes que sean, es mejor tirarla y comprar otra. Esto suele suceder cuando se le da un uso importante o cuando la sartén está expuesta a cambios de calor o humedad constantes.
El segundo fenómeno al que hay que prestar atención es el decoloramiento. El cambio debido a la pérdida de calor en este caso es un signo de daño al revestimiento. Por lo tanto, es mejor no persistir con el uso, ya que esto podría causar problemas en la cocción de los alimentos y, por lo tanto, ser perjudicial.
Rasguños y durabilidad de la sartén antiadherente
Para concluir, hay otros dos casos que indican que la sartén antiadherente debe cambiarse lo antes posible. El primero se refiere a los arañazos: si hay arañazos significativos, estos indicarían el daño a la superficie de teflón. La razón principal es que los utensilios de cocina se fabrican con teflón, que contiene una sustancia química. El daño en la superficie inevitablemente provoca una mala cocción de los alimentos que se vuelven así tóxicos.

El último aspecto tiene que ver con la durabilidad de la sartén antiadherente. Estas no deben usarse durante más de 5 años, especialmente si se usan todos los días o incluso varias veces al día, o tres o cuatro veces por semana. Cambiarlas significa gastar una cantidad casi irrisoria, ya que el costo es mínimo.
El Instituto Alemán de Evaluación de Riesgos, Bundesinstitut für Risikobewertung, ha realizado estudios que han confirmado que el uso de sartenes antiadherentes dañadas es peligroso. Además de quemar los alimentos que se cocinan dentro, también se ingieren trozos de la capa antiadherente, imposibles de digerir.
De igual manera, pocos saben que también puede ser peligroso sobrecalentar sartenes en buen estado. Por ejemplo, sucede que se olvidan las sartenes en el fuego mientras se hace otra cosa o mientras se está por la casa. En este caso, el material de la sartén recién adquirida y, por lo tanto, nueva, al alcanzar altas temperaturas, se desintegra. En este caso, se corre el riesgo de que se formen vapores tóxicos en la vivienda.