A menudo se encuentran trapeadores para pisos muy sucios y en vano se intenta quitarlos con detergentes. Pero en realidad, el método para eliminarlos es otro y solo necesitas dos ingredientes que encuentras en la despensa de la cocina.
El trapeador es un utensilio que se usa en cualquier momento del día para eliminar cualquier tipo de suciedad, con la adición de cientos de productos químicos.

Para asegurarte de limpiar el piso a fondo, desinfectándolo concretamente y eliminando así gérmenes y bacterias, debes lavar el trapeador para pisos cada vez que lo uses.
Al igual que todos los utensilios que se usan en casa, el trapeador también requiere atención, higiene y limpieza. Es muy conveniente y fácil de usar, muy práctico porque con un solo barrido los pisos quedan limpios, brillantes y secos, pero si el trapeador no está limpio como debería, el trabajo realizado es prácticamente nulo, inútil.
Cuándo lavar el trapeador para recuperarlo y cuándo es hora de desecharlo
Por lo general, cuando el trapeador para pisos está sucio, se piensa en desecharlo y comprar otro. Este comportamiento es incorrecto, porque el trapeador solo se desecha cuando está irreversiblemente gastado y por lo tanto es imposible limpiarlo adecuadamente, tal como se hace con los trapos.
Cuando aún es nuevo o casi nuevo, basta con limpiarlo de manera ecológica, económica y natural con remedios caseros que provienen de tiempos antiguos.
Un remedio eficaz para limpiar el trapeador, el bicarbonato
El remedio eficaz para limpiar el trapeador para pisos implica el uso de bicarbonato de sodio, que resulta útil en cualquier momento y ocasión en la cocina, ya que permite desinfectar y limpiar a fondo no solo los utensilios de cocina, sino también los utensilios utilizados para lavar el piso.
Basta con verter media taza de bicarbonato de sodio en un cubo de agua tibia, luego dejar en remojo los trapos o el trapeador durante un par de horas. Una vez transcurrido el tiempo establecido, se enjuaga hasta que el agua quede clara. Si se desea, también se puede lavar el trapeador para pisos en la lavadora siempre con el uso del bicarbonato. En este caso, el producto se coloca en el compartimento del detergente, luego se ajusta la temperatura al menos a 70 grados y se inicia el lavado.
El vinagre y el limón para eliminar gérmenes, bacterias y malos olores
Otro producto que se puede usar para limpiar el trapeador es el vinagre, que elimina toda la suciedad y los malos olores que se generan debido a las bacterias. Se vierte una taza de vinagre en un cubo de agua tibia por cada litro de agua. Los trapos o el trapeador se dejan en remojo en este caso durante media hora, luego se exprimen para eliminar todos los residuos de agua y suciedad.
Si se desea tener una mayor garantía de limpieza, se agregan al agua dos cucharadas de bicarbonato, en este caso el efecto desengrasante y desinfectante se potencia al máximo.
Luego el limón, limpia a fondo el trapeador, se llena un cubo con agua, se vierte dentro el jugo de 2 limones, luego se colocan en remojo los trapos y el trapeador y se dejan durante una hora. Luego se enjuaga. El limón se utiliza no solo para eliminar la suciedad, los gérmenes y las bacterias, sino también para contrarrestar los malos olores.
Agua, amoníaco y aceite de árbol de té, la solución más adecuada
También se pueden usar agua y amoníaco, una solución única que resulta efectiva para lavar el trapeador cuando está excesivamente sucio. Basta con una cantidad muy pequeña para que el trapeador vuelva a ser como nuevo. En este caso, es importante enjuagarlo bien para eliminar cualquier residuo de amoníaco y luego, antes de almacenar el trapeador, asegurarse de que esté completamente seco. Si se almacena cuando aún está húmedo, se corre el riesgo de que huela con el tiempo.
Otro remedio natural que funciona es el aceite de árbol de té, que tiene propiedades antibacterianas increíbles: es capaz de eliminar los malos olores, limpiar el trapeador a fondo. Basta con llenar un cubo con agua tibia, el jugo de 2 limones, luego agregar unas gotas de aceite de árbol de té y dejar en remojo los trapos y el trapeador durante media hora. Finalmente se enjuagan, el resultado es fabuloso. Lo que todos estos remedios tienen en común es que el costo es cero o casi cero. Son todos remedios muy convenientes, que no hacen daño, que no dañan el piso si no se enjuagan adecuadamente, en resumen, están libres de desventajas.