A menudo, la causa de las manchas en el lavabo es el agua, que al ser muy calcárea forma una pátina blanquecina, fea de ver porque da la sensación de un lavabo sucio, incluso después de haber sido lavado e higienizado al menos dos veces al día.
Una vez que se abre el grifo, el agua se acumula en el lavabo, tanto en el fondo como en los laterales. Las gotas de agua que salpican en las paredes deberían secarse de inmediato, pero a menudo no se tiene tiempo para hacerlo. Incluso si se secan inmediatamente, si el agua es muy calcárea, aún se forman las manchas obstinadas que no se pueden quitar con un solo paso de la esponja o el jabón.
Consejos para eliminar las manchas obstinadas del lavabo oscuro
Cada lavabo es diferente. Siguiendo los siguientes consejos, que varían según el material y el color, se pueden recuperar incluso los lavabos que estén muy deteriorados. El primer consejo se refiere a los lavabos oscuros, es decir, los marrones, antracita, negros o azules. Se vierte agua caliente en el lavabo, lo importante es que alcance los 70°, así que no debe estar hirviendo.
Al agua caliente se le agregan dos cucharadas de detergente líquido o en polvo y se dejan actuar durante al menos 4 horas, si el lavabo está muy sucio. Si el lavabo solo está ligeramente manchado pero limpio, basta con dejar el agua y el detergente actuar durante un par de horas y listo.
Una vez transcurrido el tiempo indicado, se vacía el lavabo y se frota con una esponja rugosa, haciendo solo pequeños movimientos circulares, suaves, con cuidado de no frotar demasiado para no dañar el lavabo. Frotar con fuerza y violencia puede provocar arañazos que luego son imposibles de remediar.
Finalmente, se enjuaga con abundante agua y se seca. Se recomienda llenar el lavabo con agua caliente y jabón la noche antes de irse a dormir para dejar actuar el detergente durante la noche, sin abrir el grifo. Sin embargo, la acción prolongada no debe superar las 16 horas.
Lavabos de fragranita, cómo limpiarlos y quitar las manchas obstinadas de cal
En cuanto a los lavabos de fragranita clara, es decir, los blancos o grises, solo se pueden tratar con lejía que se puede usar tal cual si es en gel, o diluida en agua. Para la lejía en gel, la dosis varía según las condiciones del lavabo. Un lavabo muy estropeado requiere dosis importantes de lejía. Un lavabo que no muestra manchas obstinadas requiere pequeñas cantidades de producto que se deben dejar actuar durante un máximo de 10 minutos.
Una vez transcurrido el tiempo indicado, se enjuaga el lavabo con agua caliente. Finalmente, se recomienda el secado, que es fundamental para garantizar un excelente resultado, es decir, un lavabo perfectamente limpio y brillante.
Remojo con lejía pura
En cuanto al remojo con lejía, este es el procedimiento más largo de los dos, que requiere mucho más tiempo y atención. Se llena el lavabo con al menos 5 litros de agua caliente, que debe alcanzar al menos 80° o 100 grados.
Luego se vierten 200 ml de lejía y se deja actuar durante unas horas. Cuando el agua esté fría, se puede vaciar el lavabo y luego frotar las superficies con la esponja abrasiva.
Recomendaciones y consejos
Se debe tener cuidado de frotar con movimientos circulares no demasiado agresivos para no dañar el lavabo rayándolo. Una vez terminado, se enjuaga el lavabo y se seca bien. Este procedimiento se puede repetir dos veces cada dos semanas para eliminar todas las manchas obstinadas.
Si el lavabo no tiene manchas importantes, sino mínimas, causadas por el uso diario, se puede repetir la operación simplemente una vez al mes. Si hay quemaduras o manchas importantes causadas no solo por el agua y el cal, sino por líquidos de colores o tinta, solo se puede actuar usando agua y detergente para platos. Especialmente para las manchas de tinta, este remedio puede ser inútil y podría ser útil usar un paño con alcohol, incluso en cantidades mínimas. El mismo remedio se puede usar para eliminar las rayas causadas por las ollas, las abrasiones o las quemaduras.