Los huevos de gallina están compuestos por una cáscara que contiene principalmente una yema y una clara. Sin embargo, en casos raros, pueden formarse huevos con dos yemas.
Esto suele ocurrir en gallinas jóvenes, ya que pueden desarrollar dos óvulos simultáneamente. A nivel comercial, estos huevos suelen ser descartados después de ser examinados contra la luz, ya que se consideran irregulares.

Normalmente, un huevo está compuesto por una sola yema dentro de una cáscara. Sin embargo, al romper un huevo, en lugar de encontrar una yema, pueden encontrarse dos. Esto ocurre cuando la gallina, en lugar de producir una sola célula, produce dos.
Se han atribuido diferentes interpretaciones al hallazgo de un doble yema en un solo huevo. Algunos consideran que es un buen augurio y un signo de regeneración, mientras que otros lo interpretan de manera negativa como un presagio de muerte de alguien cercano. También se ha dicho que encontrar un doble yema podría ser un indicio de un futuro parto gemelo.
En la mayoría de los casos, cuando una gallina pone huevos, lo hace a intervalos regulares de aproximadamente 25 horas. Si se produce un doble yema, significa que dos yemas han llegado a la misma bolsa donde normalmente desciende una sola. Esto ocurre porque algo interfiere con el ritmo del sistema reproductivo del animal.
Es importante destacar que la mayoría de estos huevos gemelos no se desarrollan correctamente, y solo uno de los embriones llega a desarrollarse completamente.
Para determinar si un huevo tiene doble yema, se puede inspeccionar sosteniéndolo contra la luz. Estos huevos son comestibles y tienen un valor nutricional doble, y suelen encontrarse con más frecuencia en huevos de gran tamaño, que pesan más de 76 gramos.

Además, es interesante saber que las cáscaras de huevo son ricas en calcio, que es importante para la salud ósea, las uñas y el cabello. Se pueden consumir triturando y esterilizando previamente las cáscaras, y luego agregándolas a la harina o a las bebidas.
Por último, es importante mencionar que la forma de los huevos puede variar según la especie de ave y su entorno de nidificación. Las aves que anidan en acantilados suelen poner huevos alargados, mientras que las que anidan en cavidades prefieren los huevos redondos.